Entrevista en Libros.com


Esta entrevista se publicó en el desaparecido blog de Libros.com el 23 de julio de 2012.
 

P.- En tu haber como escritora hay artículos, críticas, análisis y la novela Manuscrito en el tiempo. ¿Haríamos bien si definiéramos a Lucía Solaz como multi-género?
Siempre me ha parecido muy curiosa esa tendencia humana a poner etiquetas, a clasificar y a meterlo todo en compartimentos estancos que son totalmente artificiales. Imagino que es una forma que tiene nuestro cerebro, que no es capaz de concebir lo infinito e ilimitado, de ordenar el mundo de un modo que resulte más comprensible y menos amenazador. Sin embargo, ¿por qué querría alguien limitarse definiéndose a sí mismo o lo que hace? Los seres humanos somos complejos: nuestro cuerpo realiza cada segundo funciones increíblemente sofisticadas de las que no somos siquiera conscientes y el estudio de nuestra psicología llena decenas de estanterías, por no hablar de los misterios del alma.
Desde luego, cuando escribo nunca me planteo cuestiones de género. En su día, varias editoriales me dijeron que, aunque les gustaba  Manuscrito en el tiempo, “no trabajaban ese género”. Solo entonces me paré a pensar a qué categoría pertenecía y me di cuenta de que no es posible encasillarla en ninguna propiamente dicha.
También como profesora he asistido a la triste práctica de las etiquetas, viendo lo destructivas que son y lo contraproducente que resulta marcar a los alumnos como “listos” o “tontos” según criterios más que dudosos. Para mí, resistir las clasificaciones es el primer paso hacia la libertad.

P.- Y esta, podríamos decir, pasión por la escritura... ¿de dónde viene? Cuando llegó el momento en el que te dijiste: voy a escribir, quiero que esto sea mi dedicación. 
Más que la escritura, que me encanta desde niña tanto como leer, la música, la pintura y el cine, lo que de verdad me apasiona es la comunicación y el poder de las historias, en el formato que sea. Desde que puedo recordar me he contado historias a mí misma, sobre todo antes de dormir, como una forma de entretenerme hasta que llega el sueño.
Me incliné por la carrera de Imagen y sonido por la gran variedad de asignaturas que ofrecía y porque me atraía la idea de ser guionista de cine. Luego me atrapó la investigación y, cuando la ficción volvió a asomar la cabeza, lo hizo en forma de novela, donde tienes más libertad que en un guión.
Si bien hace dos años decidí dejar la enseñanza en un segundo plano para dedicarle más tiempo a la escritura, todavía mantengo varias ocupaciones e intereses y solo parte de mí se define como escritora.

P.- Los tres primeros géneros que mencionamos, para que tengan cierta calidad, requieren de dedicación y esfuerzo, obvio. Cuando hablamos de una novela estos tienen que ser mayores aún. ¿Qué dificultades encontraste al dar el salto?
Realmente, nunca se produjo tal salto. Escribo historias desde niña y nunca se me ha ocurrido hacer una distinción entre mi trabajo en ensayo o en novela (aunque las diferencias de técnica son obvias).
Manuscrito en el tiempo nació cuando, después de cinco años centrada en la elaboración de la tesis, su conclusión me dejó, repentina e inesperadamente, ante un gran vacío. Continuar escribiendo fue lo que me permitió mantener la cordura en un momento de crisis, con lo que fue una progresión de lo más natural. La historia que surgió, una fantasía de ambiente medieval, resultó demasiado larga para ser un cuento y demasiado corta para ser una novela. Decidí extenderla mediante un viejo recurso, poniéndole un marco en el que una estudiante contemporánea encuentra el manuscrito. Y luego apareció la autora del relato inicial, una joven aristócrata victoriana con una personalidad propia y una vida que contar.
Ha sido un proyecto de elaboración lenta, iniciado en 2003 y retomado a lo largo de los años con el único propósito de sacar fuera de mi cabeza las conversaciones de los protagonistas y pasarlo bien. Di por concluida una primera versión alrededor de 2007 y algunos meses más tarde empecé la segunda parte simplemente porque uno de los personajes no me dejaba tranquila.

P.- ¿Quién contacta con quién? ¿Lucía Solaz con Sinerrata? ¿O fue al revés?
Debió ser alrededor de 2008 cuando empecé a considerar en serio la posibilidad de publicar lo que entonces se llamaba Camino al castillo. Contacté con varios agentes y editoriales y recibí alrededor de ocho negativas, nada en comparación con las más de ochocientas de C. S. Lewis, por poner un ejemplo. Esto lo menciono para que ningún autor se desanime fácilmente.
En enero de 2011, cuando acababa de terminar el primer borrador de la segunda parte, me llegó el rechazo de una gran editorial que había tenido la novela varios meses. No tuve apenas tiempo de deprimirme porque poco después me asaltó una nueva historia que me consumió durante más de dos meses. El resto de mi vida, incluida la búsqueda de otra editorial, quedó en suspenso.
En mayo recibí un inesperado correo de Sinerrata pidiéndome los primeros capítulos de Manuscrito en el tiempo. Les había llamado la atención la sinopsis que puse en el espacio de promoción de Escritores.org y del que ya ni recordaba su existencia (en teoría, había expirado hacía tiempo). Ellos también me dijeron que “no trabajaban con ese género” pero les intrigó lo suficiente para leer el manuscrito completo. Y luego parece que se engancharon tanto que no les importó ampliar el tipo de libros que tenían en mente publicar. Toda una suerte.

P.- Si tuvieras delante a un grupo de lectores y tuvieras que convencerlos para que leyeran tu novela. ¿Qué valor añadido tiene Manuscrito en el tiempo si se compara con otros títulos?
Leer es divertido. Escribir lo es casi tanto. Mi novela no es ni mejor ni peor que otras y no pretende convencer a nadie. Si algo en ella te llama la atención, confío en que la disfrutes. Si no es así, coge otro libro. Hay tantos donde elegir…
Dicho esto, recomendaría Manuscrito en el tiempo a quien se sienta atraído por los libros, los misterios y la literatura inglesa. Se trata de una historia que reflexiona sobre temas relacionados con la construcción de la identidad, la independencia, la naturaleza del amor y la búsqueda interior. El juego con las tres tramas le proporciona profundidad al relato y diferentes niveles de lectura que espero que inspire a los lectores, además de proporcionales unas horas de puro entretenimiento. Y también hay quien comenta que, con su retrato del Londres actual, te entran ganas de visitar los rincones que recorre Andrea. Así que parece que funciona a modo de guía turística también.

P.- En alguna de las opiniones que hemos leído sobre el libro, se resaltaba la importancia que se da la independencia de la mujer en la obra. ¿Era uno de los mensajes que querías transmitir?
Como he mencionado, escribí la novela para mí misma, sin pretender otra cosa que distraerme de un modo productivo y sin plantearme ningún tipo de mensaje. En realidad, solo vi los temas que se tratan y su coherencia interna una vez estuvo terminada.
Para mí, el asunto de la independencia es fundamental en el ser humano. En este caso se habla de la independencia de las protagonistas, que resultan ser mujeres, pero creo que es un tema universal que trasciende, como suele decirse, las barreras de género, raza, religión y estatus socioeconómico.
Ahora mismo estoy trabajando en una cuarta novela, que transcurre en torno a la Segunda Guerra Mundial, de nuevo en Inglaterra. Aquí los protagonistas son sobre todo hombres y los temas que plantean, junto a la investigación sobre la construcción de la masculinidad, me resultan apasionantes.

P.- Otra opinión es que es una obra demasiado femenina. A estos, ¿qué les dirías? ¿Están equivocados?
No creo que una opinión sobre cualquier obra artística se pueda calificar de “equivocada”, estemos de acuerdo con ella o no. Se podría hablar, en todo caso, de una opinión formada o de un criterio limitado. Y ni siquiera de eso, porque el lector no suele ser crítico profesional ni falta que le hace. Si alguien piensa que es una obra demasiado femenina, está en su derecho. A mí me satisface enormemente ver que también los chicos se enganchan, sobre todo porque creo que todos tenemos una parte masculina y otra femenina, independientemente de nuestro sexo, y eso es uno de los aspectos que nos lleva a identificarnos con los personajes.
Me fascina leer las opiniones de los lectores porque cada uno parece leer una historia diferente y de ahí saca sus propias conclusiones. Ya se ha dicho que no hay dos personas que lean el mismo libro. Además, si como señaló Heráclito, “Nadie se baña dos veces en el mismo río”, también es cierto que ninguna persona lee el mismo libro dos veces. Quien ha leído Manuscrito en el tiempo en más de una ocasión me ha comentado lo distinta que fue la segunda lectura y las nuevas impresiones que recibieron.
Leer es un proceso abierto, cambiante, subjetivo y personal. Esa es su belleza.

P.- El retorno de los bardos será la continuación de Manuscrito en el tiempo y saldrá a la luz antes de Navidad. ¿Nos puedes hacer un adelanto de qué encontrará el lector?
El retorno de los bardos la escribí en un momento de mi vida muy diferente al de Manuscrito en el tiempo. Me divertí más, tanto poniendo juntas las piezas del puzzle como profundizando en algunos temas y explorando aspectos nuevos que siguen la evolución de los personajes. Personalmente, me parece mejor novela. Mi hermana prefiere la primera parte.

P.- Sinerrata es una de las editoriales que seguimos de cerca: su apuesta por el 2.0 y el formato electrónico nos parece alentadora. Sabemos que publicar un libro es siempre una buena noticia, pero... ¿cómo te tomaste que la oferta llegara desde una editorial nueva y no desde una grande de la edición? ¿Qué ventajas y qué inconvenientes ves desde la posición en la que te encuentras actualmente?
La edición en formato digital no era una posibilidad en la que hubiera pensado, quizá por simple desconocimiento, pero ahora mismo no recuerdo que eso fuera un problema. Lo que me convenció fue la pasión que derrocha Amalia López, mi fantástica editora, y la sensación de que iba a estar en buenas manos. Quien dice que debemos seguir nuestra intuición y los dictados de nuestro corazón tiene toda la razón.
Era consciente de que el firmar con un agente conocido o con una gran editorial no significaba nada en sí mismo, pues podían muy bien estar volcados en sus autores ya establecidos y prestarle muy poca atención a los recién llegados.
Para mí es todo un honor haber tenido la oportunidad de lanzarme a la aventura con una editorial recién nacida a la que le mueve el amor a los libros, el entusiasmo, la pasión y una gran capacidad de trabajo. Podríamos decir que apostamos la una por la otra y estoy encantada con la extraordinaria relación de confianza y respeto mutuo que hemos establecido.
En estos momentos estamos dándole los últimos toques a Entre sombras, una historia muy diferente a la de Manuscrito en el tiempo y que se podría encuadrar dentro de la literatura juvenil fantástica, aunque estoy convencida de que puede atraer a lectores de todo tipo. Esperamos que salga a la luz en unos dos meses.

P.- El precio de tu libro es de 7,99€. Un precio contenido, vaya, si lo comparamos con otras ofertas. ¿Cuál crees que debería ser el máximo para un libro electrónico sabiendo que hay ciertos costes que no repercuten en la edición de e-books como por ejemplo la distribución?
Como lectora, consideraría que ese precio es más que justo por la calidad y cantidad de entretenimiento que proporciona la novela. Me parece una pena que el precio abusivo de algunos libros limite el número potencial de sus lectores. Del mismo modo, existe un precio mínimo por debajo del cual el contenido, digital o no, queda devaluado, y tampoco conviene caer en eso.
La producción de un libro digital conlleva mucho más trabajo del que uno pueda pensar y la colaboración de una variedad de profesionales (editor, corrector, ilustrador, diseñador, maquetista, etc.). La inexistencia de la distribución no es del todo cierta. En el caso de Sinerrata, una editorial pequeña, sin una distribuidora que coloque los libros en el mayor número de puntos de venta posible es muy difícil tener visibilidad o llegar a muchos de ellos. Vamos, que no basta con poner el libro en Amazon. Las grandes plataformas y librerías online, si se llega a acuerdos directos con ellas, se están llevando ahora entre el 30 y el 40% y las distribuidoras entre el 40 y el 50% (y la mayoría, además de eso, cobran una tarifa anual en concepto de almacenamiento que no es precisamente baja).
También debería añadir que, en Sinerrata, los precios de los libros bajarán cuando dejen de ser novedad.

P.- Encontramos tu libro disponible en 24symbols, conocido también como el spotify de los libros. Como vemos, tu apuesta por el entorno digital y la de editorial es plena ¿Crees que al final sobrevivirán las pequeñas editoriales que se adaptan más fácil a los nuevos tiempo que los grandes gigantes de la edición? ¿Habrá espacio para ambos?
No son solo las editoriales las que deben adaptarse a los nuevos tiempos, sino también los autores. Ahora más que nunca resulta difícil (si es que alguna vez fue deseable) el encerrarse en la “torre de marfil” y pretender que el mundo a tu alrededor no existe. Internet y las redes sociales ofrecen grandes oportunidades de llegar a lectores de prácticamente cada rincón del mundo y de interactuar con ellos. Empleadas con prudencia, pueden llegar a ser herramientas muy satisfactorias para todos.
El cambio es una constante en la vida y resistirlo solo conduce a un sufrimiento innecesario. A nivel editorial, imagino que todo dependerá, más que del tamaño, de lo dispuestos que estén los gigantes a adaptarse al nuevo entorno digital. Hay quien apuntaría que los dinosaurios no desaparecieron debido a su tamaño, sino a su incapacidad para adaptarse.
Si me pides que consulte mi bola de cristal, me atrevería a decir que ambos modelos coexistirán durante un tiempo, pero estamos abocados a un cambio total que tiene la mirada puesta en lo digital.

P.- Es una pregunta obligada, y más hablando de un libro electrónico. ¿Por qué un IVA diferente para impreso y para electrónico? ¿No son los dos cultura? ¿Hay algún tipo de interés en que el libro electrónico no despegue aún?
El aplicar un criterio diferente al libro impreso y al libro digital es tan incongruente, absurdo y ridículo como muchas de las cosas que estamos viendo a nuestro alrededor. Sin entrar en teorías de la conspiración y asumiendo que siempre hay sectores a los que no les interesa el éxito de según qué (me viene a la cabeza el caso de quién mató al coche eléctrico), la revolución digital está ahí y se podrá retrasar un poco, pero no parar.

P.- Como cierre, aunque sabemos que es complicado... ¿Podrías decirnos cinco libros que deberíamos leer si no lo hemos hecho aún?
No creo que exista ni un solo libro que “deba” leerse. La lectura tiene que ser un placer, no un deber. Es la única forma de iniciar un hábito, que es sobre todo una historia de amor, que durará toda la vida.


-Lucía Solaz Frasquet recomienda... se publicó en el desaparecido blog de Libros.com el 11 de julio de 2012.


El Cuarteto de Alejandría de Lawrence Durrell

Pedir una recomendación es parecido a preguntar cuál es tu libro o filme favorito: imposible quedarse con solo uno. Incluso elaborar una lista de los diez primeros es un acto de puro masoquismo. Por eso voy a hacer trampa y recomendar una tetralogía, El Cuarteto de Alejandría de Lawrence Durrell. Todavía recuerdo lo mucho que me impresionó cuando la leí por primera vez, hace dieciocho añitos ya, y eso debe contar para algo.

Aunque considerado un novelista, poeta, dramaturgo y ensayista británico, Lawrence Durrell siempre se resistió a esa etiqueta. Nació en el norte de la India, cerca de Tíbet, de padre inglés y madre inglesa-irlandesa, ambos también nacidos en la India. Nunca fue aficionado a Inglaterra, como queda manifiesto en la hilarante Mi familia y otros animales de su muy popular hermano Gerald (nótese la poco sutil nueva recomendación, la quinta en dos párrafos; maquiavélica que es una). Si bien Durrell pasó la mayor parte de su vida en diferentes países asociados al Mediterráneo, declararó poseer una “mentalidad tibetana” y esta mezcla de identidades resultaría determinante en su obra.

El Cuarteto de Alejandría, compuesto de Justine (1957), Balthazar (1958), Mountolive (1958) y Clea (1960), es su trabajo más famoso y reconocido, una obra maestra en lo que se refiere a recursos lingüísticos y formales, personajes y atmósferas. “Como la literatura no nos ofrece unidades, me he vuelto hacia la ciencia para realizar una novela como un navío de cuatro puentes cuya forma se basa en el principio de la relatividad”, escribió sobre su aspiración de representar el espacio-tiempo en esta obra. Durrell se propuso contar la misma historia desde cuatro puntos de vista diferentes, evidenciando la relatividad de nuestra perspectiva, y solo en Clea se produce un desarrollo de la trama que abarca un periodo más extenso.

Justine, narrada en primera persona a través de Darley, un personaje gris y secundario, introduce la historia básica y sus protagonistas, uno de los cuales es la fascinante ciudad de Alejandría previa al comienzo de la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, como se nos irá desvelando en los siguientes libros, la visión de Darley sobre los acontecimientos y su percepción de los personajes resultan tan subjetivas como incompletas.

Recuerdo muy bien, al terminar Clea, el impulso irresistible de volver a empezar Justine, sabiendo que una segunda lectura sería completamente diferente. Durrell va aportando pinceladas que completan el retrato de los personajes y aportan luz sobre los hechos narrados, revelando poco a poco nuevas facetas pero sin llegar a darnos una versión definitiva. El Cuarteto de Alejandría implica al lector con una intensidad que rara vez he vuelto a sentir. Nos reta continuamente a cambiar nuestro punto de vista, desmorona nuestras conjeturas y evidencia que, al tomar inicialmente la versión de Darley como la única verdad, nuestra propia visión del mundo es dolorosamente limitada.

Además del conseguido aspecto formal de la serie, una suerte de rompecabezas o caleidoscopio, lo que más me atrae de Durrell es la maestría con la que emplea la sugerencia y la ausencia de juicios de valor, su aceptación de la condición humana con toda su complejidad.

Lectura hipnótica, descripciones vívidas, inquietante retrato de un mundo que se desvanece, atmósfera misteriosa y decadente; análisis del amor y de la sensualidad en todas sus formas; prosa poética, densa y de gran belleza. Una obra, en fin, capaz de cambiar el modo en que vemos el mundo. ¿Qué mayor recomendación que esta?

Lucía Solaz Frasquet

No hay comentarios:

Publicar un comentario